Page 30 - anpe_577
P. 30

FIRMA INVITADA


                                                               conocimiento fundamental por parte de cada profesor de las ma-
                                                               terias que enseña. En este sentido, el maestro es y será insustitui-
                                                               ble, y sobre su figura debe asentarse todo el proceso educativo.
                                                               Es de común conocimiento que la situación actual de nuestra en-
                                                               señanza no es boyante, y diversos informes internacionales bien
                                                               que nos lo están advirtiendo últimamente, tanto en lo que se re-
                                                               fiere a los índices de fracaso escolar –situados en torno al 20 %–,
                                                               como a la competencia alcanzada por los alumnos españoles en
                                                               las distintas materias principales al terminar los diferentes ciclos
                                                               educativos. Los profesores que enseñan en colegios e institutos,
                                                               más allá de los índices de eficacia del sistema y de abandono es-
                                                               colar, nos ilustran acerca de las dificultades internas que existen
                                                               para el ejercicio de su cometido, algunas de ellas no mensurables
                                                               estadísticamente, pues tienen más que ver con las actitudes que
                                                               con las aptitudes de los estudiantes.

                                                               A este respecto, se detecta una actitud minoritaria pero tan preo -
                                                               cupante como es la existencia de alumnos que practican una es-
                                                               pecie de huelga de brazos caídos ante el proceso educativo en el
                                                               que están inmersos obligadamente hasta la edad de sus 16 años.

                                                                  No cabe duda de que en una clase en la que exista tan solo
                                                                       una minoría de estos jóvenes objetores, la actividad do-
                                                                          cente y discente se ve seriamente alterada, y que su
                                                     El maestro es y        conducta lastra el progreso en la formación de
                                                                             sus compañeros cuya actitud sea cooperante y
                                                  será insustituible, y
                                                                              positiva.  Pero  ese  tipo  de  objeción  existe:
                                                  sobre su figura debe        ¿Quiénes son los legisladores, las autoridades,

        gratuito y extendido por todo el territorio  asentarse todo el        mis padres, los profesores para tenerme aquí,
                                                                              en  contra  de  mi  voluntad,  perdiendo  el
        como lo hizo en esta última etapa democrática.   proceso             tiempo? Para los jóvenes que piensan de tal
        Ha fallado, pues, lo que precisamente un pacto  educativo           modo, los “Costes de oportunidad” –como di-
        de Estado nos hubiese asegurado: la estabilidad en                 rían los economistas– de nuestra enseñanza obli-
        los objetivos que el sistema debería perseguir, que no          gatoria actual son abusivos, pues hipotecan años de
        son muchos ni excesivamente complejos, a salvo de las       su vida que preferirían estar dedicando a otras intencio-
        contingencias políticas o ideológicas marcadas por cada legisla-  nes o actividades. Y si esto es así, según los propios maestros nos
        tura.                                                  advierten, la posible ampliación a los 18 años de la enseñanza
                                                               obligatoria, como se ha llegado a sugerir, podría engrandecer con-
        Cierto es que no todo hay que fiarlo a ese arduo pacto de Estado.  siderablemente el problema hasta el extremo de provocar el efecto
        Es imprescindible otro compromiso no escrito, nacido del seno  contrario al pretendido.
        de la sociedad civil, de la ciudadanía, que, a través de esa célula
        básica que es la familia, desempeña un papel insustituible en la  El pacto de Estado propiamente dicho no es difícil de diseñar en
        educación de nuestros niños y jóvenes.                 cuanto a los objetivos prioritarios que debería perseguir. Sobre
                                                               todo en los niveles preuniversitarios, incluida la formación pro-
        Se da, así, la triste paradoja de que cuando éramos pobres y se
                                                               fesional, no se trata primordialmente de producir trabajadores,
        usaba la frase hecha de que «pasa más hambre que un maestro de  sino de formar ciudadanos instruidos, responsables y compe-
        escuela», sin embargo la sociedad veneraba a los profesores, los  tentes.
        amparaba con un profundo respeto que transmitía a sus hijos. Y
        nuestros emigrantes, cuando se asociaban en sus países america-  La suma de todo lo que se puede enseñar y aprender, sobre todo
        nos de acogida, los primeros frutos de su bienestar económico los  en los primeros años de nuestras vidas cuando el cerebro está se-
        aplicaban a la construcción de las venerables «escuelas de india-  diento como una esponja, es inagotable. Pero el sílabo de las ma-
        nos» en su aldea natal. Hoy, desafortunadamente, cuando la cri-  terias académicas tiene que ser obligadamente limitado y ha de
        sis nos ha hecho despertar del sueño de que éramos nuevos ricos,  centrarse en prioridades consensuadas, plasmadas en la planifi-
        sin embargo uno de los problemas más graves que aquejan a nues-  cación de un sistema educativo estable e integrado.
        tro sistema educativo es el del menosprecio, por parte de algunos  Las habilidades concretas y la capacitación profesional son espe-
        padres y alumnos, de la autoridad de los profesores.
                                                               cíficas de cada empleo, y la propia evolución de la tecnología y la
        En cuanto a su formación, que debe acomodarse continuamente  necesidad de servicios nuevos o flexibles que la sociedad demanda
        a los profundos cambios sociales, culturales y científicos de nues-  sugieren la necesidad de una formación continua a lo largo de
        tro siglo, las teorías y técnicas pedagógicas deben supeditarse al  toda la vida laboral de cada ciudadano.


       30 /  ANPE 577
   25   26   27   28   29   30   31   32   33   34   35