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Por eso mismo, los primeros años de la vida deben preservarse Y por lo mismo, nuestra educación debe atender a la historia de
para la formación básica sobre la que asentar sólidamente no solo nuestro país y de nuestro universo, pues de otro modo se incu-
las posteriores especializaciones formativas pensadas en función rriría en un vicio que desafortunadamente empezamos a detectar
del mercado de trabajo sino también, y sobre todo, el sentimiento entre los más jóvenes: el adanismo, como si estuviésemos siem-
de pertenencia responsable a una sociedad, garante de los dere- pre partiendo de cero. Sin el conocimiento de la larga estela del
chos y la libertad individuales pero necesitada a la vez de la par- pasado, resulta imposible entender y valorar el presente, así como
ticipación solidaria de todos y cada uno de los ciudadanos, suje- proyectar el futuro.
tos de obligaciones sin cuyo cumplimiento es inviable la aplica-
Este “Currículo de Estado”, si vale la expresión, responde a una
ción cabal del principio democrático.
concepción de lo que C. P. Snow llamaba “las dos culturas”: la
Sería inconcebible, así, que una de las prioridades del sistema edu- científica y la humanística. Sin olvidar que la filosofía, una de las
cativo no fuese la propia educación para la ciudadanía o como se grandes perdedoras de nuestro ir y venir educativo, es una de las
quiera denominar, que comprende desde la antigua urbanidad disciplinas propedéuticas más útiles para formar ciudadanos re-
hasta el estudio constitucional de nuestros derechos y obligacio- flexivos y críticos. De la Ilustración racionalista viene no solo la
nes como ciudadanos españoles y europeos. idea de la educación y la cultura como fundamentos inexcusables
de toda sociedad civil y del propio Estado, sino también su in-
Otro tanto cabe decir del lenguaje: el conocimiento de la lengua clusión entre los derechos de las personas. Aquellas ideas darían
propia de cada comunidad, de la común a toda España y al me- lugar, antes de final del siglo XVIII, a las revoluciones americana
nos de un idioma extranjero es algo que nunca mejor que en los y francesa, y en último término alentarían avances sociales pos-
primeros años de la vida se puede adquirir, y nos acompañará teriores que conducen hasta lo que se ha dado en llamar el estado
siempre para expresarnos, defendernos y manifestarnos como ciu- de bienestar.
dadanos, así como para comprender a los demás.
Para quienes consideramos que el conocimiento –y el perfeccio-
El lenguaje matemático es, por otra parte, no menos esencial, y namiento personal por él propiciado– constituye una riqueza im-
con él, el conocimiento del mundo natural, de sus leyes fisico- pagable, el alentarlo y universalizarlo se convierte en un impera-
químicas, de su equilibrio biológico y ecológico. tivo categórico de los gobiernos y los ciudadanos. Pero este desi-
Otro tanto cabe decir del conocimiento de nuestro propio cuerpo, derátum se compadece mal con la volatilidad normativa en ma-
teria de educación, con la sucesión incesante, legislatura a legis-
de su anatomía y de su fisiología, y de las condiciones impres-
cindibles para mantenerlo en estado de salud. latura, de las leyes que la rigen tanto en los ciclos primarios y se-
cundarios como universitarios.
La complejidad y enormes posibilidades que la sociedad tecno-
lógica representa deben ser atendidas por la educación de nues- Por todo ello, el Instituto de España se siente comprometido en
hacer pública esta declaración a favor del urgente pacto de Estado
tros jóvenes, que son ya verdaderos «nativos digitales».
para la educación que nuestro país necesita, en el convencimiento
Pero, igualmente, la enseñanza de las artes es inexcusable para de que, como tantas veces se dice, las palabras deben ir seguidas
moldear la sensibilidad estética de nuestra ciudadanía y enrique- de hechos. Y que muchos de los problemas, carencias y contra-
cer su bagaje cultural. dicciones que nos aquejan no tienen solución que no pase por una
educación programada con continuidad en el tiempo, medios su-
Como ciudadanos del mundo que somos, debemos abarcarlo glo-
ficientes y objetivos bien definidos, en aras del bien común.
balmente en su geografía física y humana, más allá del que sea
nuestro entorno más próximo, doméstico. Madrid, 9 de febrero de 2016.
Marzo 2016 / 31