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OPINIÓN
























        PAPEL CONTRA CRISTAL (I)


                                   Por Justo García Ródenas, presidente de ANPE Albacete


        Empezamos pintarrajeando las paredes de la cueva con una pastosa mezcla de ceniza y
        grasa animal, pero pronto pasamos a escribir con carbón en pieles, a realizar muescas en
        tablillas de arcilla fresca, decorar fibras vegetales, inscribir rollos de pergamino... Hasta
        que llegó el papel impreso.

       Y lo dejamos ahí durante un tiempo. Papel y tinta.
       Negro sobre blanco y a juzgar por los avances que
       la humanidad ha experimentado desde el bueno de            Vaya... cuando pienso la de horas
       Gutenberg, no nos ha ido tan mal. Sin embargo el     que dedicaba a mi vieja máquina Olivetti
       papel no es la mejor opción. Ya no.
                                                                  que tenía la osadía de apellidarse
       Escribo estas líneas desde mi flamante tableta, via-                             portátil...
       jando en tren, casi aburrido como de costumbre, si
       no fuera por la música que voy escuchando en el dis-
       positivo mientras pulso mi teclado virtual. Las pala-
       bras se inscriben en la pantalla tan bien como lo ha-  verdadero corazón del procesador de textos, y
       rían en una máquina tipográfica...¡Diablos!, ¿Quién  ahora, el ridículo tamaño de este notable ingenio
       recuerda aquellas viejas máquinas de escribir?  permite que desde el tren escriba estas líneas que mi
                                                       editor recibirá antes de que termine el viaje. Todos
       Es posible que cuando me canse de escribir, disfrute
                                                       los documentos son ahora enriquecidos con foto-
       de una película o quizás de un videojuego en este
                                                       grafías, esquemas interactivos, vídeos, animaciones
       mismo dispositivo. Lo cierto es que acabo de recibir un
       e-Mail que me insta a abrir una atractiva página Web.   en 3 dimensiones. Nadie imprime ya nada. La gente
                                                       lleva sus documentos encima, en sus móviles, en sus
       ¿Máquina de escribir? Perdón, sí... las máquinas...  tabletas. Suben sus libros, fotos, trabajos, escritos a
       Claro que recordamos aquellos artilugios, cam-  la Nube y desde allí lo descargan en sus casas. Los ni-
       biando el papel carbón para hacer copias, ajustando  ños continúan el trabajo que empezaron en el cole-
       el reglaje de la tipografía cada dos por tres... ¡Menos  gio cuando llegan a sus casas justo en el punto en
       mal que se desarrollaron los procesadores de texto!  que lo dejaron, gracias a los discos duros virtuales.
                                                       Los chavales hablan de otros chavales mediante
       A finales de los 80 comenzaron a desaparecer las  SMSs que no llegan a escribir en papel jamás.
       máquinas de escribir que fueron sustituidas por los
       procesadores de texto y las impresoras; de la misma  ¡Oh tiempos!, ¡Oh costumbres! que decían los ro-
                                                       manos más viejos. Vaya... cuando pienso la de horas
       forma que el pergamino manuscrito fue reempla-
       zado por el papel impreso. No me interpretéis mal:  que dedicaba a mi vieja máquina Olivetti que tenía
                                                       la osadía de apellidarse portátil... Cierro mi tableta.
       me encantan las máquinas de escribir, pero sirven ya
                                                       Llego a la estación y miro a mi alrededor... El mundo
       para poco. Suponían la mejor solución para su
       época, pero no eran la mejor opción, como vino a  ha cambiado. Ya casi nadie sabe latín y esto ha se-
       demostrar el procesador de textos.              guido girando. Hace meses que no leo nada en pa-
                                                       pel. Hace semanas que no cojo un bolígrafo. Creo
       En los últimos años, la humanidad ha puesto un em-  que el papel no es, después de todo la mejor solu-
       peño especial en reducir el tamaño del microchip,  ción. La mejor opción es mi tableta.               23
                                                                                                           MARZO 2012
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