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OPINIÓN






         La identidad
         profesional de

         los profesores





                    Por Isabel Cantón Mayo, Catedrática de la Universidad de León de Didáctica y Organización Escolar

        En tiempos revueltos como los actuales nada permanece inmu-  identidad profesional de los docentes. En ello juegan un papel
        table, tampoco los profesionales de la enseñanza. Podemos enten-  fundamental las instituciones de formación inicial y, accesoria-
        der la identidad profesional docente como una evolución o desa-  mente, también las de formación continua.
        rrollo gradual de las acciones profesionales que constituyen la es-
        pecialidad de su oficio, asociada a un sentimiento de competencia  Podemos preguntarnos por qué es un tema emergente ahora la
                                                               identidad de los docentes: ¿es una nueva moda (mimetismo)? ¿O
        en el mismo. En época no muy lejana la identidad de los profe-
                                                               es una cuestión pasajera? (reformas consecutivas); ¿O tal vez es
        sores era relativamente estable, al igual que lo eran las institucio-
                                                               algo problemático a lo que hay que prestar atención? Desde la de-
        nes en las que se realizaba su trabajo. Durante siglos los docentes
                                                               mocracia ha habido en España siete grandes leyes orgánicas que
        han construido su identidad profesional basándose en su cualifi-
        cación y su pertenencia a una determinada institución educativa.  atañen a la educación en sus distintos niveles, amén de una mul-
                                                               titud de decretos, órdenes ministeriales, autonómicas, de la ins-
        Ello les confería a la vez un rol determinado y un estatus social-
                                                               pección, etc., que han hecho a los profesores receptores de un sin-
        mente reconocido. Había una forma tradicional de dar clase, el
                                                               fín de instrucciones. Palabras como competencia, innovación, ca-
        grupo de estudiantes era homogéneo, se transmitían unas normas
                                                               lidad, conflicto, mediación, TIC, etc. han entrado en las aulas y
        compartidas y valores comunes, existía su autoridad incontestable
        y su profesión estaba bien delimitada, así como su identidad como  sometido a los profesores en el cumplimiento de sus funciones a
                                                               un estado de incertidumbre que ha invadido su identidad profe-
        colectivo en el campo social. Ocurría igual con otras profesiones
                                                               sional. Cada norma deroga o inutiliza la anterior, la excomulga y
        del ámbito de los servicios como la medicina o la justicia. Hoy
                                                               proclama un nuevo dogma pedagógico-didáctico o verdad reve-
        las profesiones se reconocen y se desenvuelven en un plan iden-
                                                               lada que muestra el autoritarismo normativo y desestabiliza la
        titario dentro de un proceso dinámico e interactivo. La debilidad
        de las instituciones donde se desenvuelven estas profesiones ha  identidad del docente. Las sucesivas reformas, todas con su fun-
                                                               damentación técnica, han ido arrinconando los aspectos más hu-
        perdido el sentido de aprecio social y deja a los profesionales re-
                                                               manos, más artísticos de la educación a favor de la dimensión téc-
        lativamente solos, lo que les obliga a acciones de desconfianza, de
                                                               nica de la misma. De ahí se deduce una identidad profesional úni-
        prevención y de defensa propias. La sociedad y la institución
                                                               camente técnica, no humana ni artística, aspectos siempre antes
        donde trabajan representan más obstáculos que hay que superar
        que lugares donde desenvolver y desarrollar la identidad profe-  presentes en la educación. Además del carácter técnico, las nuevas
                                                               verdades y competencias se imponen de forma casi absoluta, in-
        sional.
                                                               cidiendo negativamente en la autonomía y en la independencia,
        Con respecto a la identidad de los docentes encontramos elemen-  tradicionales atributos de los profesores, que terminan siendo
        tos que se mueven entre el desánimo (todos pueden enseñar y to-  unos mandados. Para terminar esta ceremonia de la confusión en
        dos atacar al profesor) y el orgullo profesional (estamos formando  la identidad de los docentes, los mismos poderes públicos que los
        a las personas del mañana). Los primeros, si pueden, abandonan  ahogan con la normativa, proclaman bien alto la autonomía de
        la profesión, y entre ellos hay tres grupos: insatisfacción individual  los docentes, su capacidad de innovación, y la necesidad de con-
        por la carga de trabajo, el tiempo y el esfuerzo para acceder, el sa-  seguir el éxito escolar de sus alumnos.
        lario, la baja consideración social, etc.; un segundo grupo aban-
                                                               ¿Cómo preservar y definir entonces la identidad profesional de
        dona porque la profesión no satisface sus expectativas pre-
        vias; y el tercer grupo se declara emancipado de la do-       los profesores? En primer lugar, con una reforma de la
        cencia, no ha sentido ni vocación ni atracción por  Juegan       formación inicial inspirada a la vez de forma equi-
                                                                           librada en el humanismo y en la técnica; en se-
        ese trabajo. En el grupo de los que deciden optar  un papel
        por el orgullo profesional, tenemos a los satis-  fundamental las    gundo lugar, con una normativa social que pres-
        fechos (estabilidad, tarea y medio); el segundo                      tigie la profesión y la exigencia de altos niveles
        tipo es el inquebrantable, no tan estable como  instituciones de      de cualificación para el acceso a la misma; y fi-
        los anteriores, pero está decidido a sobrevivir  formación inicial y,  nalmente, facilitando el desarrollo profesional
        como docente; y el tercer grupo es el adaptado,  accesoriamente, las de  docente en paralelo a su trabajo, a la vez que
        que aunque no encuentra lo que esperaba en la                        estableciendo mecanismos adecuados de pro-
        profesión, ajusta sus expectativas a lo que hay.  formación         moción desde todos los niveles educativos para
        En este trayecto las dimensiones estructurales de  continua        aprovechar el aprendizaje experiencial en la for-
        la profesionalidad pueden favorecer o destruir la                mación de las nuevas generaciones de profesores.

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