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EL RINCÓN DEL DEFENSOR DEL PROFESOR
LA LEY SE ACATA
PERO NO SE CUMPLE
Por Inmaculada Suárez, secretaria estatal de comunicación
y coordinadora del Defensor del Profesor.
La legislación en temas de convivencia: decretos de convivencia, Ley
de autoridad, está dando sus frutos positivos, al menos en los casos
donde se cumple la normativa.
Es precisamente de la otra cara de la moneda de la costumbres resumida en la consabida máxima: “La
que quiero hablar, la otra cara de la moneda donde Ley se acata pero no se cumple”.
nada es lo que parece.
No nos equivoquemos, mejor dicho, que no nos
No deja de ser curioso, a estas alturas, que después quieran confundir. Con el Decreto de Convivencia
de haber conseguido arrancar a la administración en la mano podemos y debemos exigir que se cum-
una normativa fundamentada en reforzar la auto- pla lo establecido. Da igual la sanción a la que se
ridad del profesor, en establecer unas normas de tenga que enfrentar el alumno, incluido el cambio
conducta, cuyos fines son los de alcanzar un clima de centro, si el hecho que ha llevado a cabo reviste
de trabajo y respeto en los centros, seamos tan tor- la gravedad necesaria que contempla la normativa.
pes que algunos responsables de hacer cumplir lo Así se establece y así debe ser entendido por todos
establecido, haciendo dejación de funciones, no se los responsables del sistema educativo sea cuál sea
esfuercen o no quieran aplicar lo que por Ley co-
rresponde y que no sólo nos beneficia a nosotros el puesto que ocupe en la escala jerárquica.
como profesores sino al alumnado en su conjunto. Que se cumpla lo establecido es tarea de todos. El
Seamos honestos. ¿Acaso no conocemos la trayec- claustro de profesores tiene mucho que decir al res-
toria de ese alumno o padre que da problemas? ¿Es pecto y para ello no está de más recordar algunas
la primera vez que tenemos conocimiento de sus ac- de sus competencias: Conocerá la resolución de con-
tuaciones contra profesores o compañeros? flictos disciplinarios y la imposición de sanciones, y
velará por que estas se ajusten a la normativa vi-
Basta con que surja el problema para que tiempo y
gente.
trabajo invertido en confeccionar las normas de con-
vivencia quede en papel mojado. Se apela a la fle- Todos queremos que en los centros educativos nues-
xibilidad del profesor, a la pedagogía del buen ha- tra tarea se desarrolle en un clima de trabajo y de
cer, su carisma, comprensión y en el peor de los ca- respeto, pero cometeremos un grave error exclu-
sos a su carencia de habilidades sociales para con el yéndonos de la solución y esto va por todos: profe-
alumnado, pero nos olvidamos de algo fundamen- sores, equipos directivos y administración.
tal y es que en el Reglamento de
Régimen Interno tenemos recogidas
todas aquellas conductas que por in-
fringir las normas de convivencia se
consideran faltas de disciplina y llevan
aparejadas sus sanciones correspon-
dientes. Si como ciudadanos exigimos
que se cumpla la Ley en aquellos ca-
sos que nos atañen ¿por qué no lo ha-
cemos como profesores? No se trata
sólo de legislar, la Ley está para cum-
plirla y hacerla cumplir.
Así que lo que en principio parecía un
avance, puede generar un estado ma-
yor de indefensión. Existe la norma, se
tiene que aplicar, no se aplica. ¿Para
qué sirve entonces? Seguimos varados
30 en una de nuestras viejas y funestas
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