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El Rincón del Defensor del Profesor
El eslabón más débil
Vivimos tiempos complicados y contradictorios en educación. Se aprueban decretos
de convivencia y leyes de autoridad, y sin embargo, en ningún otro momento del
pasado el profesor ha sido tan cuestionado, desautorizado y ninguneado por padres,
alumnos y Administración. Dicho de otro modo, una cosa son las leyes que se
aprueban y otra lo que realmente se aplica.
Por Inmaculada Suárez, secretaria estatal de comunicación.
Coordinadora estatal del Defensor del Profesor
El profesor, atónito, asiste indefenso a un nuevo tipo de denun- Podemos pensar que la maledicencia puede acabar con la vida
cia recurrente. Comprueba, por lo que de la misma se desprende, profesional del mejor profesor en un segundo. Nos equivocamos.
cómo la realidad se distorsiona y cómo una anécdota, sin más re- Lo que realmente acaba con nosotros con nuestra credibilidad, lo
seña en la clase, se convierte en elemento de denuncia incuestio- que nos hace vulnerables y nos hunde en el desánimo es la poca
nable e incontrastable ante los ojos de la Administración. El mal- consideración y apoyo que obtenemos en algunos casos de la
trato verbal a los alumnos parece haberse ganado el primer puesto Administración. Y es que, a pesar de conocer los problemas de
dentro del “ranking” de las quejas formuladas y marcan los tiem- convivencia a los que se tiene que enfrentar el docente, de la vio-
pos de visita a los centros desde la Inspección. lencia verbal e incluso física a la que se ve expuesto, tanto de pa-
dres como de alumnos, se prefiere obviar los hechos y juzgar ais-
Incredulidad y asombro. El profesor, según parece, en el cumpli-
miento de su deber “tendrá la responsabilidad de que se mantenga, ladamente sin importar la distorsión de la información ni los an-
tecedentes de lo denunciado ni las consecuencias que los mismos
dentro del aula, el necesario clima de sosiego para que los alumnos
tienen para el profesor y para la educación. La insistencia de los
estudien, trabajen y aprendan” –Decreto 15/2007 del 19 de Abril
y distintas normas de convivencia autonómicas– ha cometido la padres cuando pretenden conseguir lo que se proponen y el de-
seo de evitarse problemas obtienen el efecto deseado: la desauto-
falta o imprudencia, a los ojos de la Administración, de llamar la
atención e incluso expulsar de clase a ese alumno “incordiante” y rización del profesor.
maleducado que está obstaculizando el derecho que tienen a la
Sin saber cómo ni por qué nos hemos convertido dentro de la co-
educación el resto de sus compañeros.
munidad educativa –digan lo que digan las leyes– en el eslabón
Parece claro que de poco nos sirve nuestro reconocimiento de au- más vulnerable de la cadena, al que nadie le debe consideración,
toridad pública en el ejercicio de nuestra profesión. A tenor del credibilidad, respeto ni buenas maneras.
prejuicio con el que se acude a buscar información desde la
Inspección, sin permitir al profesor prácticamente explicarse, y Llegados a este punto y analizando los datos sobre las conse-
del olvido que, en la entrevista con el denunciado, se tiene del ar- cuencias anímicas y físicas que todas estas cuestiones desencade-
ticulado del Estatuto Básico del Empleado Público, en cuanto al nan en el profesorado, no es de extrañar que de entre las distin-
trato que se debe dispensar a compañeros y subordinados. Se llega tas profesiones se nos considere como uno de los colectivos más
a la conclusión de que poco o nada podremos hacer en educa- afectados por problemas de estrés, ansiedad y depresión.
ción: padres y alumnos nos han ganado la batalla.
Junio 2014 33