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Hoy hablamos con         EL PADRE ÁNGEL







                                                                          EL PADRE ÁNGEL


                                                                             Ángel García Rodríguez,

                                                                             Presidente de Mensajeros
                                                                             de la Paz


                                                                               “La escuela no puede ser

                                                                               el lugar de competir, sino
                                                                               el de compartir”





                                                                     Debemos seguir reivindicando esa figura, hoy más
                                                                     que nunca.

                                                                     Es una reivindicación que compartimos con us-
                                                                     ted, padre Ángel.

                                                                     Yo he sido un niño de la pizarra. Y es curioso por-
                                                                     que la pizarra pequeña en la que yo escribía en mi
                                                                     infancia tiene el mismo tamaño y peso que una ta-
                                                                     bleta de hoy, y hasta el mismo bordecito alrededor.
                                                                     ¡Que no se crean que han inventado nada! Siento
                                                                     no haberlas vuelto a ver. Me hubiera gustado guar-
                                                                     dar una como recuerdo y tener hoy cerca la piza-
                                                                     rrita y los pizarrines con los que aprendí a leer y a
                                                                     escribir. ¡No estaría nada mal que los diputados se
                                                                     llevaran al congreso una pizarrita en vez de la ta-
                                                                     bleta!
                                                                     Vamos a dar un salto en el tiempo. ¿Cómo ve us-
                                                                     ted hoy la educación?
                     ¿Cómo le educaron a usted? ¿Qué hubo en su in-  Me preocupa mucho ver a los profesores de hoy de-
                     fancia que pueda explicar su trayectoria perso-  sanimados, un poco convertidos en funcionarios. Me
                     nal?                                            gustaría decirles lo mismo que nos ha dicho el Papa
                                                                     Francisco a los sacerdotes: “Dejad de ser funciona-
                     La verdad es que en mi infancia, allá en Asturias, las
                     mejores enseñanzas me vinieron de las maestras y  rios y convertiros en pastores”. Les diría a los cate-
                     los maestros de mi pueblo: de mi maestra que se lla-  dráticos de la universidad: “Dejen de ser catedráti-
                     maba Carolina, de aquella escuela con bancos de  cos y sean profesores, sean maestros”. Yo he cono-
                     madera a la que yo fui desde los dos o cuatro años.  cido a grandes personalidades que se definen a sí
                     Aquella maestra me enseñó a ser generoso, a mirar  mismos como profesores porque saben que no hay
                     a la humanidad y me enseñó los valores que enton-  título más honroso. Hoy ha cambiado la valoración
                     ces  se  vivían.  Después  conocí  a  los  frailes  de  la  de la sociedad hacia los docentes y ha cambiado tam-
                     Doctrina Cristiana, que enseñaban a los hijos de  bién la percepción que ellos tienen sobre sí mismos.
                     obreros. Pero las primeras enseñanzas de aquella
                     maestra  fueron  tan  decisivas  para  mí  como  la
                     Filosofía y la Teología que estudié después en el
                     Seminario. Ayer mismo le preguntaba a alguien que          La solidaridad está viva en la
                     me ayuda en una campaña de recogida de medica-               escuela, presente cada día,
                     mentos en las farmacias si sabe por qué ya no se lla-
                     man boticas. Me pasa lo mismo con la palabra ma-               como ha estado siempre.
                     estro. Para mí no hay más valor en un gran cate-
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