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DEFENSORDELPROFESOR
ENSEÑANZA PÚBLICA:
LA DE LOS TRISTES DESTINOS
Por Inmaculada Suárez,
coordinadora estatal del Defensor del Profesor.
Muchas veces hemos visto a los políticos vaciar de Moral, mucha moral vamos a necesitar para después
contenido sus buenos propósitos de convertir la de este envite afrontar el día a día sabiendo que no
educación en centro de su interés a la misma velo- contamos con el aprecio ni con la confianza que son
cidad que menguaban en los presupuestos genera-
imprescindibles para realizar nuestra labor. Solo el
les del estado el dinero asignado a esta partida. Pero sentido del deber puede librarnos del desestimiento,
lo último que nos faltaba es ver a estos mismos po- pero en ningún caso el arropamiento social.
líticos desprestigiar a sus profesionales y devaluar su
trabajo. Hemos emprendido la tarea titánica de concienciar
a los padres de lo justo de nuestras reivindicaciones
Dicen que volver la vista atrás nos puede conducir a
tener una visión distorsionada de la realidad por pero hemos olvidado un pequeño detalle y es que
aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, estos mismos padres son los que ayer, hoy sin ir más
y estoy de acuerdo, porque recurrir a la imagen de lejos, desautorizan al profesor en su labor educativa
aquel profesor con prestigio social pero sin una y se quejan de las muchas vacaciones y las pocas ho-
digna remuneración económica queda muy bien en ras de permanencia en el centro de sus hijos.
el folio pero no tanto en la vida real. Poca conside-
ración social se demuestra si una cosa no conlleva la Pretender que con estas actitudes no cunda la desi-
otra. lusión entre el profesorado es complicado. Se están
obviando factores de gran potencia motivadora pre-
La palabra prestigio cada vez se aleja más de nues-
tra profesión. Sonrojo, rabia y decepción es el sen- sentes en toda actividad humana: el refuerzo posi-
tivo, el reconocimiento del mérito y el agradeci-
timiento que nos embarga ante la percepción que
tienen los responsables políticos, la opinión pública, miento del trabajo bien hecho, factores tan necesa-
el rumor de la calle, de la tarea docente, a tenor de rios como la percepción de la retribución económica.
las múltiples opiniones vertidas en estos días de mo- No es extraño que la educación española haya ca-
vilizaciones.
ído en picado en los últimos años. No interesa a na-
Ni interesa ni se conoce ni se reconoce nuestra la- die. Triste destino el de una sociedad que no da im-
bor. La visión que de nosotros se ofrece a la socie- portancia a la educación de sus hijos.
dad no puede ser más dura,
más frustrante ni más de-
cepcionante: muchas vaca-
ciones y poco trabajo.
Creo que no hay peor ciego
que el que no quiere ver y lo
que nadie quiere reconocer
es que los profesores hacen
algo más que huelga o vaca-
ciones: enseñan y educan a
nuestros hijos.
Horas dedicadas a prepara-
ción, a corrección, a guar-
dias, a reuniones, a coordi-
nación a entrevistas con pa-
dres, a preparación de acti-
vidades extraescolares, sali-
das culturales, excursiones
etc. etc, etc., quedan sepul-
tadas en el cajón del olvido.
Sólo queda la descalifica-
ción.
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NOVIEMBRE 2011