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Puliendo el idioma
La predicación del adjetivo. Primera parte
Ya en alguno de nuestros artículos anteriores hemos hablado del cambio
semántico, fenómeno por el cual muchas palabras modifican su significado o
adquieren otros nuevos.
Por Manuel Moreno Rodríguez, profesor de Secundaria licenciado en Lingüística Hispánica
A veces, la modificación del significado de una palabra consiste Algunas soluciones correctas para decir lo mismo serían:
en reducir el mismo. Tal ocurre con el verbo predicar. En el campo Cuidado al entrar en el agua: orilla resbaladiza.
de la Gramática, predicar significa decir algo de alguien o de algo,
Tenga cuidado, podría resbalarse al entrar en el agua.
decir cualquier cosa, sin embargo, en el uso habitual o coloquial
de la lengua, predicar significa dar a conocer la palabra de Dios. Ha Veamos algunos ejemplos de predicación inadecuada con adje-
habido, por tanto, una reducción en el significado de ese verbo. tivo:
Dicho lo anterior, y ciñéndonos al ámbito gramatical, que es el En los vagones de los trenes de cercanías hay unos carteles que in-
que nos interesa, la predicación la realiza normalmente un verbo forman del número de plazas:
con sus complementos, es decir, el componente oracional al que
llamamos predicado: Plazas máximas: 248.
Sentadas: 66.
Los alumnos hacen sus deberes.
El caballo pace en el campo. Es evidente que el que ha redactado el contenido del cartel no se
Las abejas fabrican miel. lo ha pensado mucho. Todos entendemos lo que ese cartel quiere
decir, pero una cosa es lo que se quiere decir y otra, lo que se dice
Lo destacado en cursiva de las oraciones anteriores es, lógicamente,
realmente.
el predicado de cada una de ellas.
Lo que quiere decir es que el número máximo de personas que
Pero, evidentemente, no vamos a hablar aquí de cosas tan ele-
pueden viajar en el vagón de forma reglamentaria es de 248, y que
mentales…
de esas 248, pueden ir sentadas 66, porque es el número de asien-
Reparemos en que el adjetivo realiza también una predicación del tos del vagón. Lo correcto sería:
sustantivo al que acompaña, ya que los adjetivos expresan cualida-
Número máximo de viajeros: 248.
des o características de los sustantivos, y eso también es predicar:
Con asiento: 66.
Árbol alto.
Mesa grande. Veamos por qué máximas y sentadas no son adjetivos adecuados
Cuarto oscuro. para el sustantivo plazas.
El objetivo de este artículo es, no obstante, analizar las predica- Máximo es el superlativo especial de grande. Recordemos que al-
ciones inadecuadas o incorrectas, las cuales son muy frecuentes, gunos adjetivos tienen formas especiales para el comparativo y su-
sobre todo cuando lo que utilizamos para predicar es un adjetivo. perlativo absoluto, como es el caso de grande, pequeño…
Sería impensable que alguien dijera oraciones como las mesas vue- Grande (positivo), mayor (comparativo), máximo (superlativo).
lan o las piedras cantan, pues esos predicados son incompatibles Pequeño (positivo), menor (comparativo), mínimo (superlativo).
con sus sujetos respectivos por razones obvias. Los ejemplos an-
teriores, aunque sintácticamente sean impecables, presentan lo En lugar de mayor podemos decir más grande (comparativo ordi-
que se denomina una objeción de tipo semántico. Sin embargo, nario), y en lugar de máximo, diríamos muy grande o grandísimo
podemos encontrar ejemplos en los que el predicado tampoco es (superlativos ordinarios).
adecuado para el sujeto pero no lo percibimos como incorrecto:
Por tanto, al decir plazas máximas, lo que en realidad estamos di-
Cuidado al entrar en el agua, la orilla resbala. ciendo es plazas muy grandes. El adjetivo máximo debería predi-
Así reza un cartel en una playa de río cuyos márgenes (por fuera carse del sustantivo número, no del sustantivo plazas:
del agua y varios metros por dentro de la misma) están cubiertos
Número máximo de plazas (correcto).
de hormigón para evitar daños en los pies causados por las irre-
gularidades naturales de terreno. La explicación para sentadas es análoga a la del verbo resbalar: quie-
nes van sentadas son las personas, no las plazas.
Evidentemente, la orilla (sujeto) no resbala (predicado). Es la per-
sona la que puede resbalar o resbalarse. (Continuará)
Preguntas y sugerencias: puliendoelidioma@anpe.es
Noviembre 2013 / 41