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EDITORIAL
La educación ante las elecciones
A convocatoria anticipada de elecciones generales para el próximo día 28 de abril, y posteriormente, sin solución
de continuidad, el 26 de mayo las europeas, las autonómicas, en la mayoría de las CCAA, y las municipales, nos
Lsitúa ante un escenario prioritariamente electoral para todo lo que queda de curso escolar. Como suele suceder
ante cada proceso electoral la Educación será objeto de encendida controversia y de posturas enfrentadas
ante el marcado carácter ideológico que sustentan las propuestas y opciones de las distintas forma-
ciones políticas.
Hay que centrarse La compleja y accidentada legislatura, que acaba de finalizar, y que ha tenido dos gobiernos
en la búsqueda de de diferente signo político tras prosperar la moción de censura, ha estado marcada en el ámbi-
consensos y acuerdos to educativo por el frustrado pacto de estado y por la gestación de una nueva reforma edu-
cativa, a marchas forzadas, cuyo proyecto de ley fue aprobado en el Consejo de Ministros el
básicos que alejen a la pasado 15 de febrero al mismo tiempo que se producía la convocatoria de elecciones y diso-
Educación de la lución de las Cortes, por lo que el proyecto de ley queda al albur de la futura composición
confrontación de las próximas Cortes Generales y la configuración del nuevo gobierno.
ideológica Las incógnitas e incertidumbres se ciernen sobre un futuro inmediato en lo que resulta difícil
aventurar nada. Ante estas elecciones, desde ANPE nos gustaría que el debate educativo se situara
en la reflexión serena sobre los retos y desafíos a los que hay que dar respuestas y soluciones tras la
constitución del nuevo Gobierno. Para ello hay que centrarnos en la búsqueda de consensos y acuerdos bási-
cos que alejen a la educación de la confrontación ideológica permanente y de las propuestas irreconciliables, buscando
lo esencial y apartando lo accesorio. Nos referimos a que seamos capaces de ponernos de acuerdo en cuestiones princi-
pales para resolver los problemas de fracaso escolar y abandono escolar, para mejorar los rendimientos educativos para
todo el alumnado, para impulsar y prestigiar, como merece, la enseñanza pública, para mejorar la convivencia en los cen-
tros y para reconocer y valorar la tarea docente.
La próxima legislatura debe abordar ya de modo ineludible la situación del profesorado y su futuro profesional, pero
afrontándolo desde una perspectiva global y conjunta y no con propuestas aisladas como las que han irrumpido recien-
temente en el debate electoral sobre el denominado MIR docente y con la evaluación del profesorado. Para ANPE estas
propuestas deben ir incardinadas en la necesidad de una Ley de la Profesión docente que regule el diseño de la profesión
para todo el que se vaya a dedicar a la docencia y con la promulgación de un Estatuto docente para la función pública.
Y una última reflexión: Hay que contar siempre con el profesorado, porque ningún proceso de cambio educativo ni de
reforma puede arraigar si en ella no se cuenta con la implicación y el compromiso del profesorado. El discurso político
no puede desconocer esta realidad y quedarse solo en las genéricas declaraciones que repiten sistemáticamente que el pro-
fesorado es la piedra angular del sistema educativo y que éstos que son los protagonistas del cambio educativo, si luego,
a la hora de la verdad no se escuchan sus propuestas, sus reivindicaciones y sobre todo su conocimiento y experiencia de
lo que sucede día a día en las aulas.
La actual situación del profesorado y su futuro profesional requieren un tratamiento urgente en el compromiso de mejo-
rar la educación. Los sucesivos informes internacionales de los últimos años, TALIS de la OCDE y PISA entre otros, han
puesto el acento, entre otras cuestiones, en la escasa motivación de nuestros docentes y en la ausencia de una carrera pro-
fesional, a diferencia de lo que sucede en el resto de los países de la Unión Europea. Por ello cualquier cambio que se
quiera abordar en educación deberá afectar a la situación de los docentes, porque ellos son la clave para llevar adelante
cualquier reforma y las políticas de modernización y de adecuación del sistema educativo a los cambios sociales y tecno-
lógicos que se están produciendo. La dimensión de los cambios que hay que acometer es de tales proporciones que
requieren un enfoque nuevo de la educación y la formación. El profesorado, como miembro que es de la misma sociedad,
también ha cambiado y deberá adaptarse a estas nuevas exigencias sociales.
Se trata de reconocer ya de una vez la importancia de la tarea docente y de tomar las medidas encaminadas a prestigiarla
y protegerla, a motivar a los profesores y a reconocer su profesionalidad. Deseamos que la próxima legislatura sea la de
la aprobación del Estatuto del Profesorado, vieja e histórica reivindicación de ANPE, que contemple los derechos y debe-
res del profesorado, su promoción y desarrollo profesional y diseñe una verdadera carrera profesional, que haga más atrac-
tiva y motivadora la función docente.
Marzo-abril 2019 3