Page 3 - anpe_562
P. 3
EDITORIAL
Un año más, sin apenas oposiciones
ESDE que el Estado señaló la cifra del 10% como tasa de reposición de efectivos docentes, la oferta de empleo
público ha bajado hasta mínimos que, en muchas comunidades autónomas, son equivalentes a la desaparición.
Cuando las palabras “calidad educativa” llenan la boca de los responsables políticos y los titulares de prensa, hay
Dque decir alto y claro que sin una amplia oferta de empleo público docente que permita la adecuada renovación
de las plantillas no hay calidad educativa posible.
En primer lugar porque el 10% de la tasa de reposición es un porcentaje tan exiguo e insuficiente que no es capaz de
cubrir las necesidades mínimas del sistema educativo: no permite ajustar las plantillas según las vacantes que se pro-
ducen en cada una de las especialidades, ni renovar los efectivos ni cubrir las vacantes. Lo único que logra esa tasa de
reposición es que, con una ligereza inusitada y una falta de visión de futuro preocupante, no se convoquen oposicio-
nes y se acumulen plazas para unas próximas convocatorias que permanecen en el ámbito de los buenos deseos.
Mientras tanto, el sistema educativo se está llenando de profesores interinos, un colectivo necesario en su medida justa
pero, no lo olvidemos, vulnerable y en situación de precariedad laboral, como hemos comprobado los últimos años, a
merced de las Administraciones Educativas que han suprimido y amortizado miles de puestos de trabajo por el
aumento de ratios o incremento de horarios a los funcionarios docentes o simplemente al albur de cam-
bios de criterios de formación de las listas de interinos que amenazan su estabilidad laboral.
¿Por qué no se Sabemos que algunas comunidades autónomas han duplicado las tasas de interinidad en los últi-
mos años y que hay centros educativos en los que cada año la plantilla es completamente nueva.
puede gestionar la ¿Es compatible esta situación con la promulgación y desarrollo de una ley que lleva en su títu-
educación con sentido lo las palabras “mejora de la calidad”? El hecho objetivo es que no se están convocando opo-
siciones en la mayoría de las CCAA. Sólo cuatro han anunciado oposiciones por un total de
común? Es imprescindible
350 plazas. En ANPE no nos vale la excusa de que no merece la pena convocar oposiciones
que la oferta de empleo porque el Estado autoriza pocas plazas. Porque lo cierto y real es que si se convocan sólo el
público docente reponga 10%, que es insuficiente, es mejor que nada y además, esta ridícula tasa de reposición no pro-
duce ahorro económico, puesto que siguiendo la Directiva 1999/70/CE relativa al Acuerdo
todas las plazas Marco sobre trabajo de duración determinada, los funcionarios interinos que se nombren para
vacantes cubrir las vacantes reales existentes conforme a la demanda educativa tienen que percibir las mis-
mas retribuciones (sueldo, trienios, sexenios, complementos...) que los funcionarios de carrera. No
hay diferencias económicas entre convocar y ejecutar Oferta de Empleo o seguir con interinos.
Tampoco es razonable la excusa de que se desordenan las listas de interinos porque, aunque haya que comprender las
distintas situaciones del colectivo, lo que se está jugando el profesorado interino con esta falta de convocatorias es nada
menos que formar parte de la función pública y transformar su empleo precario en definitivo. Voces interesadas pare-
cen alertar a los interinos de los riesgos de convocar pocas plazas y les animan a aprobar la falta de convocatoria sin
hacerles comprender que prolongar su situación de precariedad es algo parecido a lo que suele llamarse “pan para hoy
y hambre para mañana”. El profesorado interino debe estar informado de la auténtica verdad: se está fragilizando el
empleo docente a sus expensas. Los interinos nunca podrán desaparecer porque siempre serán necesarias las sustitu-
ciones, pero debe ser un colectivo cuyo número se ciña a proporciones razonables para que la mayoría de las plantillas
docentes estén ocupadas por miembros de la función pública. ¿Qué proyecto educativo, qué sentimiento de pertenen-
cia a un claustro puede desarrollar quien cada nuevo curso cambia de destino? Y por otro lado, ¿qué garantías tienen
hoy los interinos, a los que fácilmente se les puede suprimir el puesto o rebajar sus derechos económicos y laborales en
función de la temporalidad o de la planificación que haga cada Administración educativa.
Hay otra pregunta más, destinada al Ministerio de Educación y a las Consejerías: ¿Por qué no se puede gestionar la
educación con sentido común? Es imprescindible que la oferta de empleo público docente reponga todas las plazas
vacantes después de ajustar las plantillas y sacar todas las plazas a concurso de traslados. Es necesario abrir una horqui-
lla de máximos y mínimos para la tasa de reposición que permita a las comunidades autónomas adecuarse a sus dis-
tintas realidades. El Ministerio debe coordinar y liderar la oferta de empleo y velar porque haya oferta de empleo en
todas las comunidades.
Desde ANPE siempre hemos defendido el empleo docente estable como factor de calidad educativa y ahora, más que
nunca, como condición laboral imprescindible ante algunas medidas privatizadoras de la Educación y las potestades
que la LOMCE atribuye a la dirección de los centros en materia de selección del personal docente.
Convertir a los docentes en un colectivo vulnerable e inestable es un error que puede costar muy caro a la calidad de
la educación en España.
Enero-febrero 2014 / 3