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EDITORIAL
Una Reforma Educativa con un
parlamento fragmentado
L pasado 7 de enero, el Congreso de los Diputados invistió como presidente a Pedro Sánchez, al frente de
un gobierno de coalición, hecho inédito en nuestra reciente historia parlamentaria. Pese a que la investidura
Eha despejado a corto plazo el horizonte de unas nuevas elecciones, el escenario de inestabilidad de los últi-
mos tiempos podría perpetuarse debido a la compleja aritmética parlamentaria y a las diferencias ideológicas y
territoriales de las distintas formaciones políticas, cuestión que también afecta directamente a la Educación.
El sistema educativo no puede seguir rigiéndose por la transitoriedad e incertidumbre, a las que se ha visto some-
tido en los últimos años. Corresponde al Ministerio de Educación, junto con las Comunidades Autónomas, lide-
rar, coordinar e impulsar las reformas necesarias para vertebrar y cohesionar nuestro sistema educativo, combatir
el fracaso escolar mejorando el rendimiento educativo de todos los alumnos, revertir los recortes y
revalorizar la profesión docente.
Los partidos políticos han de asumir la educación como una verdadera prioridad política y
La fragmentación social, centrándose en la búsqueda de consensos y acuerdos básicos que la alejen de la con-
en dos bloques tan frontación ideológica permanente y de las propuestas irreconciliables, buscando lo esen-
polarizados y cial y apartando lo accesorio. Nos referimos a que seamos capaces de ponernos de acuer-
do en cuestiones principales para resolver los problemas.
enfrentados hace
Nuestro profesorado, nuestras familias y alumnos no pueden seguir sufriendo las conse-
imposible el pacto
cuencias de la falta de diálogo y consenso entre los partidos políticos que imposibilitan
educativo el necesario Pacto Educativo que permita la estabilidad normativa necesaria, para llevar a
cabo los cambios estructurales y curriculares que nuestra sociedad demanda. Ahora, tras la
reciente investidura, la fragmentación en dos bloques tan polarizados y enfrentados resulta
poco que menos que imposible, no solo un pacto de Estado sino cualquier acuerdo transversal que
alcance a los partidos que sustentan ambos bloques.
Por ello, ANPE demanda al Gobierno y a los partidos políticos que el debate educativo se sitúe en la reflexión sere-
na sobre los retos y desafíos a los que hay que dar respuestas y soluciones. ANPE, desde sus señas de identidad de
independencia y profesionalidad, sigue ratificando la necesidad de un pacto educativo básico, pero desgraciada-
mente somos escépticos al respecto, por los precedentes recientes derivados de la incapacidad acreditada por nues-
tra clase política para alcanzar ese pacto político, social y territorial que nuestro sistema educativo necesita. Pero
con pacto o sin él, no podemos soslayar la imperiosa necesidad de abordar las cuestiones más urgentes. Apelamos,
una vez más, a la responsabilidad de todos para lograr, al menos. un acuerdo de mínimos sobre aspectos básicos
que saque a la Educación de la confrontación ideológica y de la inestabilidad e incertidumbre en la que se encuen-
tra instalada.
La presente legislatura, junto a los cambios estructurales y académicos pendientes, debe abordar, de un modo ine-
ludible, la situación del profesorado y su futuro profesional, pero afrontándolo desde una perspectiva global y con-
junta, no con propuestas aisladas. Hay que contar siempre con el profesorado, porque ningún proceso de cambio
educativo ni de reforma puede arraigar, si no se cuenta con la implicación y el compromiso del profesorado.
Nos hemos dirigido a los partidos políticos con representación en todo el Estado, a través de sus grupos parlamen-
tarios, ofreciéndoles una serie de propuestas y reivindicaciones básicas que, a nuestro criterio, son necesariAs e
imprescindibles para mejorar nuestro sistema educativo. Desde ANPE tendemos al nuevo gobierno y a todos los
partidos políticos nuestra voluntad de dialogar y llegar a acuerdos para mejorar la enseñanza pública y las condi-
ciones laborales y sociales del profesorado, perdidas en anteriores legislaturas. El objetivo no puede ser solo derogar
la LOMCE, sino el de construir, antes, un proyecto educativo que sirva para dar respuesta a los retos y desafíos a
los que se enfrenta la educación en España.
Enero-febrero 2020 3