Revista ANPE Nacional nº 620
O P I N I Ó N N O V I E M B R E - D I C I E M B R E 2 0 2 3 R E V I S T A P R O F E S I O N A L A N P E 6 2 0 22 antoja al menos complicada. La discri- minación positiva que se deduce de los pactos alcanzados para con alguna comunidad autónoma, aunque tenga la definición de positiva, no deja de ser discriminación con el resto y no es que ponga en tela de juicio las decisiones políticas alcanzadas, `pero desde luego sí que la misma debe llevar pareja una financiación que iguale las condiciones de los territorios y no que las distancie o siga distanciando, tanto a alumnado, como a centros y desde luego a profe- sorado. Es obligación moral del Estado liderar la homogeneización de nuestro sistema educativo en todo el territorio, aunque la gestión sea autonómica. Tan- to sanidad como educación merecen el esfuerzo, y, si me apuran, casi más educación, porque es la escuela pública la que garantiza el desarrollo potencial máximo de cada individuo indepen- dientemente de su lugar de nacimien- to, y, para eso, todos y todas debemos partir de los mismos puntos de salida. C ADA legislatura nueva, y así llevamos décadas, comienza como todas acaban, sin Estatuto ni ca- rrera profesional docente, pero, eso sí, cual gag de José Mota, con la promesa de “vale, pero hoy no, mañana”. Fiesta y algarabía para alumnado y fa- milias sería que por fin, todas las fuer- zas políticas alcanzasen un pacto de Estado para con la Educación, consen- suada, pero también haciendo partíci- pe de la misma, tanto a instituciones, agentes sociales y representantes del profesorado así como familias, que diera estabilidad y serenidad a nuestro sistema educativo. No solo me refiero a una Legislación básica para todo el Es- tado, mínimos de ratios, horas, remu- neraciones del profesorado, licencias y permisos, regulación de listas de espe- ra, y un largo etcétera. Aun consciente de la delegación de competencias y el actual estado de las autonomías e incluso de la situación política actual, ANPE siempre ha pues- to en valor la vertebración de nuestro sistema educativo y, por lógica, la de las condiciones sociolaborales de un gre- mio, el nuestro, con carácter de cuerpo estatal, cuerpo que cada vez está para menos jotas y más para romerías, pero a Lourdes y en peregrinación. Tal y como hemos podido comprobar en la pasada investidura del actual pre- sidente del Gobierno, tal misión se nos A la vista de los resultados, es eviden- te que algo estamos haciendo mal cuando por comunidades existen has- ta seis y siete puntos de diferencia en cuanto a fracaso y abandono escolar o adquisición de competencias básicas, eso sin contar que ya partimos de re- sultados máximos muy por debajo de muchos países de nuestro entorno. Por poner un ejemplo, en muchos de ellos la presencia de dos profesionales en el aula o unas ratios significativamente menores han dado y están dando muy buenos resultado. Ni qué decir que la dignificación social y salarial del pro- fesorado, desde su incorporación a su jubilación, también ha tenido mucho que ver. En definitiva, desearles compañeros y compañeras unas felices fiestas donde la paz y los buenos deseos afloren nues- tros corazones, haciendo la invitación extensible a nuestra clase política, que, desde luego, falta les hace, pero a to- dos y a todas, tanto veganos como car- nívoros y frugivoristas. Mientras espera- mos, por muy improbable que parezca, que los buenos deseos se instauren en el congreso de los diputados, y llene de paz y armonía la vida de los ciudadanos de a pie, vayan rellenando su carta a los Reyes Magos: Querido Gaspar, por eso de la Ley D´Hondt, para este año quie- ro que se me revise el sueldo acorde al IPC, menos burocracia, quince alumnos por aula, menos horas lectivas, acondi- cionamiento de las aulas, etcétera, et- cétera, etcétera. Felices fiestas Por supuesto, y en primera instancia, felicitarles las fiestas, me refiero a las que se avecinan, no me mal interpreten, las de navidades, porque no está la cosa como para muchas fiestas visto lo visto, pero si las hubiera o hubiese, que las habrá, al menos que sean felices para nosotros, los docentes, que ya va siendo hora. “ Fiesta y algarabía para alumnado y familias sería que por fin, todas las fuerzas políticas alcanzasen un pacto de Estado para con la Educación ”. Presidente de ANPE Cáceres Saturnino Acosta García
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