Revista ANPE Nacional nº 612

ACCIÓN SINDICAL ESTADO 20 ANPE 612 Estimados compañeros y amigos: En el reciente congreso ordinario de ANPE celebrado los días 17 y 18 de diciembre me despedí del cargo de Presidente na- cional de ANPE, que he desempañado durante cuatro manda- tos consecutivos. Acabo de llegar a la edad reglamentaria de la jubilación, tras más de 43 años de servicios como funcionario docente. Durante este periodo la mayor parte del tiempo he estado vinculado a ANPE, a la que he dedicado, en las distintas responsabilidades que he desempeñado, los mejores años de mi vida profesional desde el año 1984 que comencé a colaborar en la asesoría jurídica de ANPE, de la mano de José Manuel Dávila Sánchez. En este Congreso pude despedirme de todos los delegados de ANPE, de las autoridades asistentes, encabezadas por el Secre- tario de Estado de Educación, representantes de los partidos políticos de ámbitos estatal y autonómico, dirigentes de las organizaciones sindicales y sociales más representativas a nivel estatal. Quiero dar las gracias en primer lugar a todos los que me acompañaron en esas jornadas inolvidables, que culminó con la concesión de mi ingreso en la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, con la categoría de Encomienda con Plata, que me fue entregada por El Secretario de Estado de Educación y Forma- ción Profesional D. Alejandro Tiana. Desde estas líneas reitero mi agradecimiento al Secretario de Estado y a la propia Minis- tra de Educación, Pilar Alegría, por esta concesión y a todos mis compañeros de ANPE que lo han hecho posible. Nunca podré olvidar el vídeo-homenaje tan emotivo y entrañable que se pro- yectó en la clausura con pasajes de mi vida personal y sindical. En estos años tan apasionantes de vida sindical hemos asistido a cambios trascendentes que han ejercido un influjo determi- nante sobre la vida familiar y social, y por supuesto sobre la educación, que también se ha visto afectada por este cambio de paradigma. Y en el trasfondo de estos cambios tan profundos aparece también el verdadero papel que la educación debe te- ner también como herramienta de progreso y para regenerar la sociedad. Por eso, cuando hablamos de educación, no nos refe- rimos sólo a la transmisión de conocimientos –aún siendo im- prescindibles– sino a los valores. Éstos delimitan e identifican la posición ante la vida de cada persona y de toda la sociedad. Personalmente, creo en los valores individuales del esfuerzo, la responsabilidad, el respeto, la tolerancia y la exigencia personal y en los colectivos de la igualdad, la libertad y la solidaridad como valores fundamentales para construir el progreso personal y social de todas las personas. A partir del año 1987, con motivo de la celebración de las pri- meras elecciones sindicales que se celebraron en España, co- mencé a asumir un compromiso total con ANPE. Durante este tiempo he sido testigo privilegiado del paso por ANPE de varias generaciones de dirigentes sindicales. A todos ellos les expreso mi gratitud y reconocimiento personal por tanto trabajo y es- fuerzo desempeñado. Con ellos compartí unas señas de iden- tidad comunes: la independencia y la profesionalidad que han guiado el rumbo de ANPE en su historia sindical, ejercidas con Carta de despedida a todos los afiliados

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