Revista ANPE Nacional nº 611
EDITORIAL 4 ANPE 611 Todas estas situaciones están provocando serias consecuencias en el estado emocional y en la salud mental de los docentes. Sin pretender extrapolar estos porcentajes a todo el pro- fesorado, y ciñéndonos exclusivamente al número de casos atendidos, y en este escenario de pandemia y semipresencialidad, resulta significativo que el 77% de los casos atendidos presentaban unos niveles de ansiedad impropios de la tarea a realizar, un 11% mostraban síntomas depresivos, y un 10% ha estado de baja laboral. Estos datos trascienden al propio docente puesto que un profesor con estado emocional alterado, además del sufrimiento personal que debe soportar, reduce significativamente su rendimiento profesional, lo que disminuye la calidad de la educación. En este sentido, las bajas laborales generan un coste para la administración y una modificación de la propuesta pedagógica para los alumnos. El daño lo producen unos pocos y, sin embargo, las consecuencias se extienden hacia toda la comunidad educativa y, en especial, al alumnado con el que interactúa el profesor agredido. Nuestro compromiso con la mejora de la convivencia constituye una de las señas de identidad del trabajo de ANPE. Pero estamos todavía lejos de este deseo, y la realidad nos golpea sistemáticamente cada día con las situaciones conflictivas que se producen en las aulas y que afec- tan a profesores y a alumnos. Tras el análisis y valoración de los datos recogidos en el estudio realizado, junto con la experiencia acumulada en los últimos años, ANPE y El Defensor del Profesor reiteran la necesidad de elaborar de un Plan Estratégico de Mejora de la Convivencia Escolar en los Centros, el desarrollo de la Ley de Autoridad del profesorado a nivel estatal, y medi- das reales de dignificación de la labor docente, favorecedoras de un clima de convivencia adecuado, junto con el establecimiento de medidas de prevención y protocolo de actuación ante casos de acoso. Por todo ello es imprescindible que la sociedad en su conjunto tome conciencia de la si- tuación de conflictividad que se vive en las aulas, y las administraciones educativas deben ser cada vez más conscientes de que la convivencia escolar es un elemento de primer orden para poder ejercer el derecho a la educación en entornos libres de violencia. Nuestro compromiso con la mejora de la convivencia constituye una de las señas de identidad del trabajo de ANPE
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