Revista ANPE Nacional nº 608

EDITORIAL H AN transcurrido ya tres meses desde que se aprobó la denominada LOMLOE y entramos de lleno en su desarrollo normativo y reglamentario. Son muchas las cuestiones que hay que abordar a corto y medio plazo, pero por delimitar las prioridades, hay dos aspectos cuya urgencia es inminente: el diseño curricular y el desarrollo de la profesión docente. Una de las cuestiones más relevantes de cara al desarrollo de la reciente LOMLOE es elaborar el currículo, que es probablemente el elemento más importante de un sistema educativo. Y esta importancia radica en que debe funcionar como tal, como un sistema conjunto y no como la suma inconexa de elementos dispersos. Se trata de abordarlo con una visión integradora, en el que se tengan en cuenta la organización escolar, las meto- dologías de enseñanza y la evaluación de los aprendizajes a la hora de su configu- ración, de manera que el diseño curricular resultante se constituya como un ele- mento vertebrador y determinante del propio sistema. Desde ANPE apostamos por un currículo esencial, común, y flexible que per- mita también ejercitar una verdadera autonomía de los centros y que ponga el foco en el alumnado para garantizar el desarrollo máximo de las capacidades de cada uno. Venimos de la experiencia de las leyes educativas precedentes, de la elaboración de un diseño curricular muy extenso, cada vez más, y es un buen momento para acotar el currículo hacia lo más básico y esencial. El tiempo escolar tiene un límite y a ello han de amoldarse necesariamente los currículos para ser eficaces. Estamos ante la oportunidad de evolucionar de un currículo sobrecargado a otro que fomente el aprendizaje basado en competencias sin renunciar a los contenidos. Cuando hablamos de la necesidad de aligerar los currículos lo hacemos pensando en respetar los tiempos que requieren los aprendizajes. Y en este sentido sería conveniente haber aprovechado la nueva reforma educativa para revisar también las ratios. Aspecto que se ha mantenido exactamente igual en la reciente reforma educativa. La transferencia de las competencias educativas a las comunidades autónomas hace imperativo que el Gobierno, en uso de sus legítimas competencias, fije los aspectos básicos del currículo escolar para garantizar una formación común de los alumnos, coordine las actuaciones de las administraciones autonómicas y en última instancia vele por la cohesión del sistema educativo. La segunda cuestión que requiere una pronta aprobación es la que concierne al desarrollo de la profe- sión docente. Y aún se convierte en más prioritaria por la conexión evidente entre dos disposiciones adicionales de la propia LOMLOE. Por una parte, la adicional séptima que señala que el Gobierno, consultadas las comunidades autónomas y los representantes del profesorado, presentará, en el plazo de un año a partir de la entrada en vigor de esta ley, una propuesta normativa que regule, entre otros aspectos, la formación inicial y permanente, el acceso y el desarrollo profesional docente. Y por otra, El currículo tiene que tener una visión integradora en el que se tengan en cuenta la organización escolar, las metodologías y la evaluación Ante el desarrollo normativo de la LOMLOE Las prioridades pasan por abordar con carácter urgente el currículo y el desarrollo de la profesión docente. Marzo-abril 2021 3

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