Revista ANPE Nacional nº 608
Ciertamente, en algún momento de nuestra adolescencia es- cuchamos la frase “se comportó estoicamente”. Parece que en esas palabras, al hablar de comportamiento, podríamos hablar también de actitudes. Según Sonsoles Perpiñán Guerras las ac- titudes tienen tres tipos de componentes: cognitivos (conjunto de pensamientos con los que interpretamos la realidad); emo- cionales (sentimientos que subyacen a las conductas) y con- ductuales (acciones más o menos observables que ponemos en marcha). Pero, si nos centramos en la parte emocional, tendremos que decir que los estoicos fueron un grupo de filósofos que pensa- ban que las emociones se dividían en dos: las negativas o dis- ruptivas (la rabia, la tristeza, el odio…) y las positivas o cons- tructivas (el amor, la alegría, la justicia…). Para ellos era fundamental eliminar las emociones negativas y cultivar las positivas, era esencial cambiar el espectro emocio- nal. Las emociones negativas no nos dejan disfrutar de la vida, no nos aportarían una buena vida, por tanto, el ser humano para tener una buena vida debería de apartarse lo más posible de estas emociones negativas. El estoicismo es una filosofía de vida que tiene dos componen- tes básicos; la metafísica y la ética. La metafísica hace alusión a entender cómo funciona el mundo, mientras que la ética se encargaría de estudiar cómo te comportas en el mundo. Por otra parte, tenemos que decir que los estoicos tenían en su pensamiento la importancia de vivir conforme a la naturaleza y esto significa preguntarnos qué tipo de organismos somos como seres vivos. La naturaleza de los seres humanos es que somos seres sociales y que además tenemos la capacidad de ra- zonar. Como seres sociales, solo avanzamos si nos comporta- mos y buscamos el bien común. En cuanto a la capacidad de razonar, diremos que los seres humanos la tenemos pero que no siempre razonamos bien, adecuadamente. Por ello, una buena vida humana, una vida con “calidad” humana, sería aquella en la que usamos la razón para ayudar a los demás y a nosotros mismos. Si mejoramos como personas, estamos me- jorando esa sociedad ya que somos parte de esa sociedad. Así, nuestros profesores, cada día en la escuela, a través de la institución educativa, no solo son garantes del derecho a la educación y ayudan a conseguir los grandes objetivos de la educación primaria, como por ejemplo, conocer y apreciar los valores y las normas de conveniencia, aprender a obrar de acuerdo con ellas de forma empática, prepararse para el ejer- cicio activo de la ciudadanía y respetar los derechos humanos, así como el pluralismo propio de una sociedad democrática, y también otro objetivo sería adquirir habilidades para la reso- lución pacífica de conflictos y la prevención de la violencia, que les permitan desenvolverse con autonomía en el ámbito escolar y familiar, así como en los grupos sociales con los que se relacionan. También propician conseguir los objetivos de la ESO. Uno de ellos sería, asumir responsablemente sus deberes, conocer y ejercer sus derechos en el respeto a los demás, prac- ticar la tolerancia, la cooperación y la solidaridad entre las per- sonas y grupos, ejercitarse en el diálogo afianzando los derechos humanos como valores comunes de una sociedad plural y pre- pararse para el ejercicio de la ciudadanía democrática. El profesor trabaja en las instituciones educativas, en la comu- nidad educativa, para mejorar esa sociedad a través de la edu- cación de los niños, de los alumnos, buscando el bien común con la mejora de cada alumno en esa sociedad. Por ello pedi- mos que la sociedad, las familias y las comunidades educativas reconozcan y valoren adecuadamente la labor docente, ya que son los profesores los que favorecen el desarrollo individual y colectivo del ser humano. Para ello la sociedad tiene que valo- rar ese desempeño profesional a través de lo que los estoicos llamaban la capacidad de razonar, ya que solo desde esta capa- cidad que tienen las sociedades y sus individuos conseguiremos la construcción del bien común como comunidad o sociedad, donde están padres, alumnos, profesores y toda la institución educativa. El Rincón del Defensor del Profesor Marzo-abril 2021 23 El profesor estoico La importancia de que la sociedad y las familias valoren la función docente desde la razón. Laura Sequera Molina, Coordinadora estatal del Defensor del Profesor de ANPE Nacional
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy ODE4NjI=