Revista ANPE Nacional nº 605
EDITORIAL A FRONTAMOS un nuevo curso escolar bajo los efectos de una pandemia generalizada y des- controlada que nos sitúa ante un escenario inédito e incierto que está generando una gran pre- ocupación e inquietud en toda la comunidad educativa. A partir de la declaración del estado de alarma en el pasado mes de marzo, vivimos una situación de confinamiento generalizado. Ello supuso el cierre obligado de los centros educativos hasta la finalización del curso escolar, que inau- guró un nuevo marco de enseñanzas telemáticas sobre las que no existía ninguna experiencia previa. Ante esta situación, no hubo más remedio que improvisar, porque el sistema edu- cativo no estaba preparado para afrontar en tiempo récord un aprendizaje online eficaz. Es innegable que todo el mundo puso su mejor voluntad, pero no es menos cierto que, en esta adaptación a un sistema de enseñanza online, no todos parten en igual- dad de condiciones ni tienen los mismos recursos y capacidades para hacerlo de manera efectiva, con lo cual la brecha digital ha puesto de manifiesto las enormes diferencias existentes entre el alumnado, que no ha podido desempeñar en las mejo- res condiciones su proceso de aprendizaje en ese tramo final de curso. El curso finalizó con todas las dificultades conocidas, a pesar del ingente esfuerzo lleva- do a cabo por el profesorado para enfrentarse a esa nueva situación. Sin embargo, ya duran- te aquel período de confinamiento veníamos advirtiendo de que había que prepararse para una vuelta segura a las aulas en septiembre en la que primara el carácter presencial de las enseñanzas con el cumplimiento de todas las medidas higiénico-sanitarias y de seguridad. Desde ANPE pedíamos la máxima colaboración entre el Ministerio y las CCAA para la elaboración y coordinación de esos protocolos mediante instrucciones claras y criterios unificados que contemplaran tanto la regulación de las medidas sanitarias como de las medidas organizativas y académicas que pro- piciaran una vuelta a las aulas en las mejores condiciones. De ningún modo queríamos que se repitiera el sentimiento de abandono, cansancio e incertidumbre que vivieron los docentes durante el final del pasado curso escolar. Nuestras propuestas consistían básicamente en diseñar un plan de remodelación de los centros educa- tivos con las reformas estructurales y adaptaciones necesarias, que permitan adecuar los espacios para cumplir con las medidas preventivas, reforzar y aumentar las plantillas docentes, porque las medidas de distanciamiento de seguridad obligan a bajar la ratio y es necesario, además, realizar los desdobles de los grupos para cumplir con esos requisitos. También pedíamos que se dotara a los centros de enferme- ras escolares, para que realicen las funciones de responsables del COVID-19 en el centro educativo. No se han abordado medidas organizativas y académicas que hay que implementar en los centros El curso más difícil de nuestras vidas Septiembre-octubre 2020 3 03_04_Editorial 605.qxp_cubiertas_ANPE507_marzo07 23/9/20 10:39 Página 3
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